Bajo la lupa, genera pérdidas de hasta 10 millones de pesos anuales a la industria del mercado minorista.
México
La madrugada del pasado 14 de junio un hombre apodado El Pelón y su cómplice Juan Jesús, quienes ya tenían antecedentes penales, volvieron a delinquir. Planearon el robo al interior de un centro comercial.
De acuerdo con reportes policiacos, los sujetos intentaron llevarse decenas de kilos de detergente en polvo de la marca más cara que encontraron.
Sin embargo, la Policía de Investigación realizaba un operativo siguiéndoles la pista a varios grupos delictivos que se dedican al robo hormiga, por ello fue que El Pelón y Juan José fueron observados desde que entraron al establecimiento y los agentes atestiguaron el momento en que sacaron la mercancía.
Los hombres fueron denunciados y hoy son procesados.
En la Ciudad de México, el robo hormiga (aquel que se realiza de poco a poco de ciertos productos y se comete sin violencia en la industria del mercado minorista) ha generado más de 10 millones de pesos en pérdidas anuales, lo que es una de las principales causas que afecta a los comercios, ya que representa 96 por ciento de afectaciones, de acuerdo con reportes que tiene la empresa Alto México.
Ricardo Peralta, director jurídico de esa firma especializada en documentar este tipo de ilícitos, señaló en entrevista con Excélsior que uno de cada 12 clientes es un ladrón hormiga.
De acuerdo con un estudio realizado por Alto México, de enero a abril de 2012, el DF, el Estado de México, Chihuahua, Nuevo León y Coahuila son las entidades con mayor índice delictivo en esta materia.
Abarrotes, artículos para el hogar, de salud y belleza son los que ocupan los primeros lugares de lo que hurtan quienes se dedican al robo hormiga.
Según el estudio, del total de las pérdidas en la industria del autoservicio en México, dos por ciento se lleva a cabo por robo en pandilla, y un porcentaje igual en robo con violencia.
“Nos referimos a verdaderas bandas de criminales que se organizan para realizar robos grandes en los que muchos están involucrados. Sin embargo, 96 por ciento son realizadas por el robo hormiga, delito que vemos todos los días y que suele quedar en la impunidad”, sostuvo Peralta.
Perfiles y comportamientos
Los ladrones más frecuentes tienen edades entre los 19 y los 29 años, concentrando un 37.1 por ciento de este tipo de hurtos, seguidos por los que tienen de 30 a 40, lo que también arrojó el estudio es que las personas detenidas por estos ilícitos son de un estrato medio-bajo, por lo que cuentan con los recursos para pagar la mercancía que roban e incluso para pagar la caución que les permite seguir su proceso en libertad después de ser procesados en el Ministerio Público.
“Los ladrones más frecuentes tienen edades entre los 19 y los 29 años, concentrando 37.1 por ciento de hurtos, seguidos por los que tienen de 30 a 40, que además de encontrarse en la edad ideal para trabajar, cuentan con recursos para pagar la mercancía que roban e incluso para pagar la caución que les permite seguir su caso en libertad después de ser procesados en el Ministerio Público”, argumentó el director jurídico de Alto México.
Entre los tipos de ladrón que se han logrado detectar a través de las investigaciones de Alto México están el impulsivo, identificado como aquel que comete el delito sin planificación, roba productos sin importar su valor, y ante la detención muestra sorpresa ya que se trata de un proceso traumático que le causa culpa y vergüenza.
También se encuentra el asaltante ocasional, que es quien ya ha cometido otros robos, sus motivaciones van desde el desafío personal hasta el de grupos o conocidos.
“Siempre reconoce la ilegalidad de sus acciones y por ello ante la detención muestra una fuerte carga emocional. Un alto porcentaje de estos ladrones cambia su conducta delictiva ante la sanción”, fundamenta el estudio.
Se encuentra el episódico, quien generalmente tiene grandes problemas emocionales y sicológicos. Sus robos son productos sin trascendencia. En la detención muestra sentimiento de culpa y su estado posterior es depresivo.
Además está el amateur, que son individuos que han desarrollado un patrón de robo hormiga regular, frecuentemente semanal, ya que lo encuentran rentable. Toman decisiones conscientes de robar y entienden la ilegalidad de sus actos. Tienden a hurtar cosas pequeñas y que son fáciles de ocultar.
Está el semiprofesional, quien concibe el robo hormiga como parte de su estilo de vida, y lo hacen al menos semanalmente. Emplean técnicas depuradas de robo. Es el único grupo que vende los productos que roba, entre sus factores motivacionales están los beneficios económicos y compensaciones que les permiten obtener lujos personales y generar un ingreso para otros propósitos.
¿Qué se roban?
Los principales artículos socorridos por el robo hormiga son abarrotes en 14.50 por ciento, con el mismo porcentaje de incidencia están los artículos del hogar, seguidos de los productos de belleza con 12.05 por ciento, también destaca el hurto de electrónica con 9.80 por ciento y la comida preparada se encuentra en 8.15 por ciento, de acuerdo con las cifras de la firma.
Actualmente, los tipos de robo hormiga son variados destacando el consumo de productos, que se da dentro del establecimiento y se sale sin reportar el consumo en caja.
Aunque llega a pasar por descuido, muchos ladrones lo llevan a cabo con conocimiento y sin intención de pagar desde un principio.
Está el conocido cambio de código de barras, que se ha convertido en una práctica regular el detectar ladrones que, aprovechando el sistema de precios electrónicos, cambian el código de barras de un producto por el de otro con un precio mucho menor. Esto es fraude y es un delito.
También figura el robo a mercancía a través de carriolas. Se han reportado situaciones en las que los padres de familia utilizan las carriolas de sus menores para ocultar mercancía y salir sin pagarla.
Pero la técnica de la ropa puesta continúa siendo una de las actividades que más se da y de las más imputadas, ya que los asaltantes visten las prendas que pretenden robarse, bajo o sobre su propia ropa, y salen casualmente de la tienda.
Olvido
El robo hormiga siempre ha existido en las tiendas de autoservicio y crece sin cifras oficiales porque las tiendas no denuncian, criticó Ricardo Peralta, director jurídico de la empresa Alto México.
“No denuncian cuando lo detectan, pues piensan que es perder un día de trabajo en ministerios públicos o entidades judiciales donde no les dan una solución y/o regularmente sueltan a los detenidos.
“Dar seguimiento conforme a la ley a los casos particulares resulta muy costoso y la relación costo–beneficio genera más pérdidas a la tienda”, argumentó el abogado.
Por ser considerado un delito no grave, el robo hormiga alcanza la libertad bajo caución o en algunos tan sólo seis meses de prisión y las multas pueden ir de los ocho mil a los 17 mil pesos.
“Bajo el principio de tolerancia cero, Alto México busca hacer una persecución legal efectiva de todos los incidentes reportados en su sistema, sin hacer distinciones, según el valor de lo sustraído, ni el perfil del que lo comete. El incentivo más efectivo para que los ladrones dejen de robar es la posibilidad de ir a la cárcel”, planteó Ricardo Peralta.