Seis de cada 10 clientes han incurrido en tal práctica alguna vez en su vida. Las pérdidas suman 11 mil millones de pesos anuales. Hay individuos que hurtan pantallas de plasma.
México
El robo hormiga en tiendas y centros comerciales del país causa pérdidas por 11 mil millones de pesos anuales al año, el cual es motivado por la frustración, desorden psicológico o emocional, estrés, depresión y gusto por la adrenalina de quienes cometen el ilícito, sin olvidar la intención de ganar dinero fácil.
Tal cantidad de dinero sería suficiente para comprar 873 mil iPads 4G o, bien, 598 mil pantallas LED de 42 pulgadas.
Un estudio de la empresa Alto México reveló que 60% de los consumidores mexicanos ha hurtado algún producto en dichos establecimientos, por lo menos una vez en su vida; aunque muchos minimizan el hecho o no reconocen su responsabilidad.
El documento, titulado Perfiles de ladrones hormiga, reveló que el problema alcanza tales dimensiones que uno de cada 12 clientes es un ladrón de tiendas, cuyo horario preferido para actuar es entre 16:00 y 22:00 horas.
Ricardo Peralta, director Legal de dicha empresa, explicó que 60% de los ladrones hormiga son mujeres y 40%, hombres, quienes esconden la mercancía entre la ropa o actúan de forma organizada, con planes bien establecidos.
En una entrevista con Publimetro, explicó que la ropa, desodorantes, jabones, pasta de dientes, maquillaje, perfumes, discos y artículos de uso personal representan 70% de la mercancía sustraída.
El restante 30%, apuntó el especialista, corresponde a perecederos, aparatos electrónicos o artículos para el hogar, entre los cuales se llegan a robar hasta pantallas de plasma o aparatos de sonido.
De acuerdo al artículo 220 del Código Penal Federal, si el infractor hurta un objeto cuyo valor es inferior a 300 salarios mínimos (18 mil 150 pesos), la pena es de seis a dos años de cárcel.
Cuando alcanza 700 salarios o más (42 mil 350 pesos), el período se extiende a entre dos y cuatro años tras las rejas; cuando el robo se lleva a cabo en pandilla o con violencia, el proceso no alcanza fianza y el implicado es detenido de inmediato.
Modus operandi
El personal de seguridad de las tiendas reporta cuatro formas comunes de cometer el delito:
1. Las falderas: mujeres que esconden los artículos bajo su falda; personas que cambian las etiquetas para alterar el costo real de los productos por uno más bajo; y otros que usan bolsas o empaques de aluminio para evitar que las alarmas o antenas antirrobo se activen.
2. En grupos de hasta cinco personas que esconden el botín entre sus ropas o paquetes de aluminio para burlar los radares antirrobo de las tiendas.
3. Mujeres con carreolas o niños de brazos: esconden la mercancía entre las cobijas del menor y son capaces de picar al bebé con una aguja o alfiler para hacerlo llorar; con ello distraen la atención del policía y salen bien libradas del hecho.
4. Pandillas de 10 personas que se dividen en grupos con el fin de colocar pantallas o aparatos electrónicos en el carrito del súper, para salir corriendo del establecimiento, mientras otros distraen al personal de seguridad y uno o dos más esperan la mercancía en un auto en marcha, en el cual huyen.
Tipo de ladrones
La empresa Alto México reportó cinco tipos de ladrones hormiga:
• 15.2% SON IMPULSIVOS: personas que no planifican; roban sin importar el valor del producto; y ante la detención muestran sorpresa, ya que se trata de un proceso traumático que les causa culpa y vergüenza.
• 15%, OCASIONAL: es aquél que ha cometido otros robos; sus motivaciones van desde el desafío personal hasta el reto de otros grupos. Siempre reconoce la ilegalidad de sus acciones y ante la consignación muestra una fuerte carga emocional. Un alto porcentaje de éstos cambia su conducta delictiva ante la sanción.
• 2.7%, EPISÓDICO: generalmente enfrenta graves problemas emocionales y psicológicos; roba productos sin trascendencia y lo hace cuando está estresado. Muestra culpa cuando es sorprendido y se deprime.
• 55.2%, AMATEUR: individuos con patrones regulares de robo; hurtan cosas pequeñas y fáciles de ocultar. Sus técnicas son simples y llevadas a cabo después de evaluar los riesgos y beneficios. Al ser aprehendidos emplean estrategias de manipulación para evitar el castigo.
• 11.7%, SEMIPROFESIONALES: el robo hormiga es parte de su estilo de vida y lo hacen semanalmente. Emplean técnicas depuradas; son el único grupo que vende los productos que sustraen para ganar dinero y lujos personales. Sienten que son tratados injustamente por la sociedad, por lo cual merecen más de lo que reciben y delinquen con el fin de compensar tal “injusticia”.